Pá la negrada de la patria: RITMOS NEGROS DEL PERÚ de Nicomedes Santa Cruz, que recientemente confirmó su participación en el bondi.

TURBULENTA TURBA DE NEGROS

Los poetas no nos tropezamos del Olimpo, no nos olvidamos nuestros mejores versos en la luna o en la cama de una puta dormida; no necesitamos hastiarnos de café y cigarrillos para encontrar que nuestra vida ahora no vale nada; tampoco hemos llorado los micros que perdimos o las mujeres que nos olvidaron. No haremos odas a pederastas, a abúlicos geniales, a generosos eunucos. No nos importa el vuelto que nos deben. Nos desagradan los amantes de acaramelados terciopelos, las poetisas constipadas, los policías de la lengua.

No nos preocupa contar las palabras, auscultar a los muertos. Festejar cualquier moda a la que le sobre unos pesos. Acostumbrados al mate, no necesitamos escuchar a universitarios para cagar tranquilos.

Nuestra poesía no se esconde en ningún zaguán, en ningún desierto.

Nuestra poesía son nuestros barrios.

Villa Fiorito, la Matanza, Berisso, Villa 31.

Vamos a cantar las cuarenta las veces que sea necesario. No nos importa caerles simpático a los punteros de la literatura, ni manguearles un trago, ni preguntarle una calle.

Cantamos el barro acumulado en las botas de los albañiles; el barro que la historia acumula en las suelas del mundo. Cantamos a la vagancia de la esquina; al olor a guiso que llevan nuestros versos y nuestras abuelas. Al olor a zanja abierta de nuestras rimas.

Aprendimos a pararnos de mano; aprendimos de las veces que el barro del barrio creció como un selva dentro nuestro; de las veces que nos peleamos a las tres o cuatro de la mañana por motivos que ya olvidamos. Aprendimos de la primera vez que cortamos una ruta; de la primera piedra que tiramos.

No somos videntes, aunque algún croto nos haya convencido que todo el universo entraba en su cartón de vino. Escuchamos atentos su lengua trenzada en historias anteriores a la villa, cuando había un país donde todos comían y todos tenían mate y tortas fritas. No somos videntes, pero sabemos que hubo un país donde todos teníamos mate y torta fritas.

Hemos jugado a los burros, apostado por gallinas que luego de la riña no servían ni para puchero. Hemos cantado milongas en iglesias de chapa, en subtes. Hemos regateado besos a las seis de la mañana y hemos aprendido que la política como la poesía es ante todo un olor.

Nosotros llevamos ese olor.

El barro, los guisos, los comedores, el hambre, las bailantas, el chamamé, la negrura son nuestro olor.

El olor es política y es poesía.

Creemos en la revolución como creemos en nuestra negrura; como creemos en nuestra poesía.

Creemos en la revolución por ningún motivo etéreo, por ningún libro revelador, por ninguna chance de acostarse rápido con alguien. Creemos en la revolución porque es nuestro olor.

Hemos escuchado a artistas que, como dijo Atahualpa Yupanqui, son “flores de invernadero”. América está en guerra, como ya lo estuvo hace doscientos años. No necesitamos escritores, necesitamos escritores que sean soldados. Como Bartolomé Hidalgo, como José Hernández ponemos la poesía al servicio de la guerra.

Ponemos nuestro cuerpo, es decir, nuestra poesía para zanjar una trinchera.

No dudamos de la poesía.

No dudamos de la revolución.

Palabra argentina (Un homenaje)

I

Alejandro te alejaste de la muerte
alargando la memoria con tu nombre
Alejandro, alegrìa de los malditos
olvidajados y dados en su olimpo
forjadores como vos, Olmos metàlico,
de la patia de abajo, la patria salvaje!


Alejandro qué tierna terquedad
te pusiste como traje viejo siempre
por animales como vos, Olmos cuatrojos,
la argentina se va alejandro de la infamia
Imaginate còmo lloraron al final
con su paisaje a papelpicado
los jurásicos y sinuosos juzgados !





II


Olmos, bronce de los incautos corazones
perdoná que haya demorado mis visitas
es cierto que tardè en verte, era muy pibe
hijo del yogur y nieto de la tele,
en ese entonces me hacìa neskuick
porque no sabia que la patria tenía que hacerse,
ni conocía tu fecunda militancia
eras apenas un abuelo con su panza y su barba,
Hoy te nombro con el hombro de tu ejemplo
Olmos querido! el de las marchas en silencio!
perònico y terco como espuma de fàbrica!
Un dìa vi absorto tu batalla ùltima
y eran tus ojos pequeños frente a la muerte
titilando salados la amenaza verde del olvido.


III


Olmos, qué gorda tu alma
que desalmò el arsènico
de los milenarios expedientes cromados,
para encontrar la verdad y dársela al pueblo.
Ay Olmos prometeico!
Hoy te saludan luchando los compañeros del fuego.


Despuès que te fuiste, el inefable Ballesteros
dijo "Olmos tiene razòn" y mientras eso
le creciò de adentro, estomáticamente
como crece de golpe cualquier gato
un gringo y bien asbtracto Pilato
que sin querer se lavò las pelotas
y pateò la cosa a los Diputariseos.

Pero no importa que con coitos de colmados castillos
un congreso de coloridos imbéciles carroñeros
hayan ocultado con sudor las antorchas de verdad
que encontraste con el ardor de tus manos.


No importa eso, calma Olmos
caballo encabritado de la militancia
hoy te saludan con la antorcha en la mano
los compañeros!

Mi jermu

La mìa la más mía
felina lumbre de mi pieza
dulce flor bolivariana
que hiciste de mi pobre catre
una herrumbosa locomotora celeste
y te decís despacito que para levar
la lúgubre tos de sus tornillos
hay que licuar la noche entera.
Lunita selvática, hija de locombia inmolada
vos que hacés la violencia a beso y fuego
con tu apretada boquita de nuez
o de verde pecera municipal
y arrebataste de mi frente, Ah lùdica niña,
la baranda inmunda del cobarde.
Qué maravilla tan india y tan grande!
Qué choreo tan audaz hiciste!
como entran al banco los que hacen boquetes
nunca me di cuenta que entraste por abajo
trabajando muda desde una tanguerìa adyacente.
Mi corazoncito de américa
paisita arerépera de queso
pusiste tus palabras en mi lengua
sin que pueda yo quejarme;
(desde entonces es "rico" lo que era "bueno")
Exótica y simple como un collar de frutas
le diste a mi desayuno tan magro y porteño
los colores vìvidos de tu bellísima antioquia
¡Gloria cantante de la mañana,
mañana de huevo, tomate y cebolla!
Mamaìta, susurro de los albañiles, vos
la de los ojos como brillantes puertos,
bulla tu risa de incaicos transpòmulos
poniendo en mí todo el metal de su malgenio
estornudando mi nombre como mala palabra
Mi locochona locombina lacónica
que labras levemente el pulmòn de mi cigarro
tejiendome el desengaño con puntillosa paciencia
¡dialéctica de tu pollo con naranja y canela!
de pasar la noche meta y meta destejiendo!
Ay, mi lechosa antioqueña
tierno colesterol exacerbado de mi sangre
nosotros que vivimos brutamente
¡brindemos hoy por los sueños futuros
que tiran ahogados como perros del hambre!

Soneto para los quince minutos de descanso

Ahora que hay descanso y un cigarrillo
en tus labios llora gris tus suspiros.
Ahora que son tus ojos como tiros,
perros buscando a rayos mi apoliyo.
Escribo para derrotar la ausencia,
sangriento ministerio neoliberal
en cuyas manos bien come el animal
y pierde el hombre el pan de su esencia.
Así es de feroz el fuego de tu boca
como un incendio, una privatización
que tirana mi rebelión provoca
disturbios lanzan palabras sin dientes
para que antes de que al trabajo vuelvas
caigan de tu lengua mil presidentes.

Soneto-instructivo-amatorio para usar el Coffe Filter.

Para usar este filtro es necesario
primero que nada, que este desnuda
muy bien depilada si esta peluda
y guarnecida con frutas sus labios.
Luego abra el filtro delicadamente
como intentando abrir el universo.
Entenderá que dios nos es adverso
si esto no le resulta suficiente.
Tocando circularmente su pezón
ahora cargue en el filtro su café
(Sepa que esta marca la usaba Perón).
Localice mis manos mientras tanto
y si el café todavía no se hizo
démosle rienda suelta a nuestro encanto.

Ella Locombia y Medallo

I


Eso que es Locombia se parece a ella,
Cantando amarilla una cocina amanecida
Sus luces nocturnas también se parecen a ella
(Pero no quiero hablar de eso todavía.)

Las costas de Locombia serán algo de ella,
Alguna continuación de su piel, seguramente,
Y si uno camina perdido en los senderos de Medallo
puede aparecer respirando en un suspiro su mejilla.

Hay lugares de Medallo que tienen algo de ella,
El café, la cintura, una cadencia silenciosa.
Dicen que los ojos, pequeños, como suaves hijos luciérnagos
se parecen mucho a las sombras de Medallo.

Locombia, qué niña bonita
Y sin embargo cuando hace la noche
Hace la violencia como un beso.

Mientras Medallo sonríe fiestas luminosas
Aunque tenga que llorar su nombre.



II



Pero qué se yo de Locombia, de Medallo
La urgencia de mis pasos nunca me llevo por allí.

Solo que durante la luna en una tanguería
Donde el aire es una larga estela de vino
Y en los vasos se desfondan los vapores cotidianos.
La conocí a ella.
Qué papelón, la camisa me cambiaba de colores constantemente.
-Soy de Locombia- dijo ella
-Ah, mira vos, toda chimbosa sos – replique tartamudo.
Mis ojos no la habían dejado tranquila en toda la noche
Y mi boca ahora no podía hablarle.
- ¿qué momento en hablamosi otrote parece?- le dije, con evidente dificultad.
Tiempo después hablamos y adiviné su calor.
De todas formas, todavía hoy, conversar con ella
Me viene muy problemático.

Un día que el sol decía palabras lluviosas
En la blancura de su casa, ella dijó
Señalando inocente una fotografía
En donde aparecía lindísima
Como un sábado de fiesta:
- Mira, una chimba, no?
Y yo que no aprendí a hablarle
Más que con articulaciones amatorias, contesté:
- estasi, dalín muy muy.
- Ah, deje de hablar caca!- gritó frunciendo el ceño.

Ese mismo impedimento para conversar con ella
Hace que no pueda describirla
Escribir su hermosura
Apenas comparable, quizás,

Con lo que ella cuenta de Locombia
Con lo que dice de Medallo.


III


Locombia, luminosos labios abiertos
limbo extendido en tus ojos ambarinos
Perdida locura de los barcos asmáticos
¿En qué borde de tu espalda, Locombia,
arden las puntas navegantes de mi lengua?.

Locombia levanta los brazos blancos,
y los mueve al color arbóreo de mis cabellos
su belleza impacta cual locomotora celeste
¿ Y no es la mirada de una loca mujer locombina
mejor que la embriaguez rauda de un revolver?

Locombia, lámina de almíbar son tus piernas
beodamente puestas en la espesura de mis hombros
lamiendo de una pálida luz toda su sombra
¿Por qué costado de tus pómulos se extraviaron,
con su mal de parkinson, las milenarias estrellas?

Locombia, un laboratorio de sensuales brebajes
es tu boca, pletórica y lúdica de lenguajes liberados,
dulce como la savia de bombardeados ventrílocuos
¿Cuando voy a saber, aunque sea un poco,
aunque sea de a mentiras, tu verdadero nombre?

Resistencia

( Palabras semejantes eran cantadas por los indios colastiné con el fin de estimular y efervecer el rito de comerse un par de españoles)

No queremos ser esféricos
Fémures de felinos adiestrados
Formulas fabricadas del odio

No queremos ser globales
Volátiles como vientos explosivos
Bobos beatos preservativos del orden

No queremos ser el mundo
Ni la negra manta que miente serlo
Ensombreciendo los colores candentes de la tierra.

No queremos ser el fin de la historia
Ni ver histéricos a los padres del hambre
Histriónicos como el hijo del hijo de los asesinos.

No queremos ser liberados
Como se libera a la liebre de la vida
Por quienes vierten sangre verde.

No queremos ser el norte
Mortificando norteamericanamente sures
Notificando muertes momias niños madres.

No queremos ser competitivos
Tibios productores de nuestra pobreza
Entusiastas bondadosos de la ajena abundancia.

Odio

Trémulamente

tomé con el acero de mis manos tus belleza

como tomarían la fábrica los obreros febriles

como toman la tierra las familias despojadas




Por eso

expropia estrellas la sed de tus ojos

y tus labios el sabor ajeno

donde tiembla el traidor y lloran con colores vergonzosos

los violáceos funcionarios.


Y Sin embargo


es cruel inhumano horrible

depredatorio depresivo despreciable

repugnante impugnable purgatorio

Esperarte así.

Esperar espejos de tu nombre

un mensaje de texto

el sonar del teléfono

los relojes de la mano, de la tele

del celular me miran constantemente.

Esperarte mirando el tiempo es una cosa terrible

es administrar el hambre, la escasez, la miseria

sin saber hasta cuando o por qué.

Esperarte es como estar insomne

es un estado físico diferente

como el de un cigarro o un burócrata sindical.

En el puente

En el responso del hambre
Me lloran sus nombres
Cortando la calle.

El frío de tu campera
No tenía ni armas ni inventos
Para defender con amor blindado
La dignidad salada del pueblo

Qué violentos eran, sin embargo
"Sangrientos piqueteros
Cuidado cuidado
Quieren quilombo quilombo quieren
Están armados, son mala gente"


Descampando el desempleo
Buscaban el duro quilombo
De trabajar
De aprender
De luchar.

Y un día singularmente metálico
Se les cayó la vida.

Sus cuerpos cayeron
En botas grotescas bonaerenses
Donde el asesino ríe la sangre inocente.

Apenas canta el puente
La canción de un piquete negro
Como la mañana de una noche llovida me siento
Todavía hoy.


"Negros de mierda"

Paredón y después?

Si desde arriba nos cae un yunque errático,
Imperio de corporaciones extendiéndose en verdes carcajadas

Y tenemos bajo el brazo el pan del hijo amanecido
El pan manoseado por manos invisibles
por inversiones financieras,
eléctricas
como picanas.


Dejémonos oír en la tierra dejémonos oírla
sus voces de milenios ardientes, su cara de sangre reseca
Imagino sus fuegos y nos bailan en los ojos
columnas de protesta,
asambleas populares

nuestras manos cantan fabricas autogestivas.



Pero sentimos vibrar otra vez sus pesados pasos de calientes metales,
Son excrementos cenicientos de volcanes bursátiles,
risueños como un guante blanco.


Desde arriba nos cayó un yunque errático,
Imperio de corporaciones medrosamente verdes.


Nuestro crimen es repetir la azorada hazaña de llegar a fin de mes.

...

para flavia

mientras yo leía los

sonetos de Shakespeare ella

curaba su

mano con lejía de

limpiar pisos ajenos mientras

yo

pensaba que el mundo

todo

el mundo todo

entero entraba en

los estantes de mi biblioteca ella

le daba la vuelta a vivir sin

cloacas en la orilla de Berisso,


sus ojos eran manchas del puerto aún

cuando la conocí sus manos tenían la lejía que no

era ni será arar en el mar no


luego el calor del río

después el amor,


su piel olor madera y sus lunares que

eran una astrología que

fui descubriendo con

colchones sobre el piso y

ventanas cerradas


luego el silencio del sol

y la siesta del barrio,


los mates en el patio mientras

el zinc del arrabal nos enturbiaba en

besos de

nuevos puertos de

querer que los huesos perduren un

gusto sin

lo efímero de hoy de ayer de esto que lees


luego busqué todas

las líneas todas

para encontrar unos versos

entre ellos

estos que

como agua en mano no

puedo agarrar

no sin

amor que sí

llevo en los huesos como triste

trocado de

eternidad

trocado de un amor que huella más

que estos versos que te

regalé

de estos huesos que son

parte uno

del otro: dos,


Yo somos el mismo


se conmueven del Inca las tumbas

y en sus huesos revive el ardor

lo que ve renovando a sus hijos

de la Patria el antiguo esplendor,


yo somos el mismo, se lo dije a alguien

(hace) mucho,

somos muchos mucho muchos:

(yo) ya no soy (yo) ni nosotros somos los mismos


éso lo dije pero no recuerdo.

el letrero: CAMBA CUA 30 KM

¡hago dedo!


vuelvo al pago, “¿y a vos quién te conoce?”,

tu abuelo, “¡está muerto!”, entonces tira(me) unos mates

que (me) vuelvo…


el barrio sigue igual de feo

los pedos son los pedos / / los muertos siguen riendo


San Martín era hijo de india

por eso la tenía grande

y volvía locos a los maricas

que pedían: ¡algarrobo con morcilla!,

- dice la licenciada con son risas -


yo me estoy mareando

“¡cerrá la puerta che que entra el chiflete!”

¡es el barco que se mueve!

tráfico de especies, cabo:

“¡contra la pared todos los negros carajo!”

(a boca cerrada no entran moscas)

¡pero acá se colaron hasta gaviotas!

(…)


vos hablás pibe de moscas porque no estuviste

el día que bajó un vago hecho de lata y fuego

por la boca, contó que el hombre es sueño

sí: “pero cerrá la puerta que nos entra el chiflete”


* * * * * *


moscas moscas como las de antes no más

antes sí que había moscas

en el barcito del Hipódromo ¿te acordás?

las milanesas y las ginebras las traían

sabían lo que valía porque al Jockey Club nunca iban

en el baño, (dice él), por eso (yo) no hablo más,

una mosca grande, bien grande me agarró

fue dura la pelea

“duro estarías vos”

pero pelié, papá, pelié y le di uno dos tres

me ganó

y caí a sus pies,

acercó ese pico roñoso que tienen

quiso beber mi alma pero falló,

yo ya estaba vacío: ¡había habido elecciones el domingo!


* * * * * *


mis ancestros, vuelvo (yo), fueron peones rurales

criollos sin dientes con facones grandes

¡ay! (yo) me pervertí

aprendí a leer aprendí a escribir aprendí a decir: Je suis

(pero quiero volver)


el tren hasta mañana no sale pibe eh / / dormí en el piso de La Terminal tirate nomás / /

cuidado con la gorda que tira goma / / y muerde al guiñar

cuidado con el jugo del San Pedro / / que te hace soñar y no despertar //


* * * * * *


hubo lituanos acriollados y criollos aindiados

rusos que se arrimaron a los fogones

italianos que compadrearon en la esquina

e indios que inventaron el tango con la milonga

de Africa en las vías,

cruce de hipopótamo y ñandú,

de papa y sandía,


el Incario arma la vuelta

ahora que somos todos (indios)

somos muchos somos indios

venimos callados pero alerta ya muy pronto

la plaza de Mayo será de vuelta

y no sólo para mojar los pies en la siesta (…)


los cartoneros llevan en sus carros

metralletas muy bien escondidas,

los indios preparan en la selva y en los cerros

caminos para el desierto,

las mucamas anotan los horarios de las patronas,

en los tambores del candombe guardan granadas

y no te sorprendas que al terminar de leer el libro

se transforme en una molotov que estalla contigo (…)


(…)


¡ése estaba nadando? (si) creo yo pero mutó en tiburón

el agua del riachuelo purifica el alma

yo tomo todos los días un trago

y aquí me ven estoy de vuelta

más gordo más alto


el bar “¡cierraaa!” y los chamameceros empiezan

a putear en guaraní

esto se pone bravo: agarrá el facón susurra el Gauchito Gil

lo dice (él) que (es) de (aquí)


“San Martín era indio y la tenía grande”

dice un brasileño

“¡la tenía grande! (pero) esto es Grande”

se nota que años de Amazonas

han engordado sus venas

(sus padres no lo reconocerían

aunque lo vieran.)


* * * * * *


por un lado me voy (por) otros me quedo

he tomado el espíritu de todos y ahora reviento

chicha ginebra aceite vino agua del riachuelo

si mirás bien yo ya somos eternos


hago dedo gritando sapucai

en la ruta la (selva) se confunde

con las prostitutas y el azufre

que esperan camioneros brasileños

que esperan las cruces con rojos señuelos


yo sigo para el Chaco boliviano

¿adónde estuve? ¿de dónde vine?

salí a pescar y del río devine

(preferí) ser pez ser hombre ser yaguareté

¿quién me devuelve lo que no recuerdo?

(eso) no importa, lo dejo como vuelto (…)

Ñanderú y los mates

Dicen bien nuestros ancestros que cuando Dios creó el Universo, creándose a sí mismo, sin ser Él hijo de nadie y siendo Él padre de todos, se detuvo a contemplar su obra junto con los dioses que conforman las cuerdas que templan nuestras guitarras. Observaron, entonces, a los primeros humanos, a los primeros animales y a la selva, que por entonces lo era todo y decir selva y mundo era idéntica cosa. Conformes, se arrimaron a un fogón y se sentaron a matear con yerbas de la selva. Luego tiraron la yerba en un árbol y volvieron al cielo, olvidando el fuego encendido y el mate. Así, los primeros hombres conocieron a una vez el fuego y el mate.
Años después la selva se vio talando: unos pocos ajenos se fueron empachando con todo lo que Ñanderú había hecho para todos. De la selva huyeron miles, luego otros miles y más luego ya solo unas pequeñas enredaderas distraían al zinc de los nuevos ranchos, de las nuevas villas.
Ha llovido, entonces, y el agua anegada tropieza el trabajo. Decenas de manos recién llegadas, aún cansadas confundidas, levantan las chapas, las maderas, abren las zanjas. Las viejas preparan puchero, los niños juntan ramas, aprenden de los viejos.
Al primer día a la noche, ya se puede dormir. Entonces los recién llegados se acercan a un fogón y el cacique le acerca el mate al payé, quien ve lo que no se ve, y advierte: “se acerca, al fin, la tierra sin mal”. El mate comienza a girar entre las llamas.

Oda a Antonio gauchito Gil, Santo

porque el día de humedad
luego esa lluvia de puerto que no acaba
porque ya hubo elecciones
y ya no van a pavimentar el barro
sublevado
el barro surcado por las carretas chuecas de llevar cartones
el único que espera
con velas encendidas
la mano al corazón
con el rojo que dijo Sarmiento que era el rojo de los bárbaros
el rojo de la sangre
el rojo de la tierra
el rojo de la muerte que circula las venas
con el rojo que Gauchito cura las penas
con ese rojo que aún espera
con el rojo que aún inquieta,

porque aún perseguido
porque la sangre de gaucho es sangre de río
antes te quieren morir contra tu pueblo hermano
la espada de San Martín morirá antes que en los museos
por la patria de esta esquina de barrio
porque che reta hae camba cua
porque te lo susurra una puta al oído cuando estás estaqueado
y soñás con los besos que te han dado
en las llagas en las manos
porque llevás el facón grande en tu cintura guardado
y el pelo y la barba curtido por el trabajo de campo
porque la milicada te persigue
y estás perdido en el monte
en tu monte
desangrándote
los yacarés y los sapucais beben tu sangre
queriéndote salvar como si no supieses
como si no supieses que esa sangre que te corre es la vida
el agua limpia que arde
te duerme
te olvida,

y ahora un puerto lejano
ahora
ahora es pecado ser gaucho
otra vez pecado
ser negro
ser indio
ser gaucho
ahora Gauchito seguís vivo
mientras vas muriendo en el río
en cada esquina de barrio
con tu facón grande
como Fierro
a la milicada le tiemblan las manos,

porque otra vez un calabozo de nuevo
porque el odio de nuestra San La Muerte
para que ardan con Aña eternos
para que soportés los golpes
en una comisaría húmeda
con la peor de todos los prontuarios
esa cara de indio sucio mal arreglada con la agua lavada
en la boca arrugada con los dientes astillados mal ordenados
porque tu lengua larga de putear en guaraní
ese cuello de gallina piojosa mal escondida
por un pañuelo embarrado
una barba con payé enturbiado
con manos surcadas por los trabajos del monte
por las negritas catingas que has besado en los pajonales
sus lenguas y tu facón grande
porque ese yaguareté que te subleva las venas
porque te sigue entablando
para estar parado y para que te vean parado
los asesinos
porque “parate hijo de puta que sos gaucho”,

hecho mierda
Abierto en canales te dejan en una zanja
en un río
en los pajonales
con los ojos abiertos
mirando el cielo con los ojos abiertos del que sabe que seguirá despierto
en la esquina del barrio
curuzú
te dejo unos puchos y estos versos
hermano
a vos antonio
a vos gaucho
a vos santo.

¡Calzate los guantes, guacho!

En los barrio / hay peleadores / mitológicos / increíbles / hay pocos / y nombraré / solamente / a dos:/

el pelapapa de la calle Nueva York / bravucadas / peleas a lo Fierro / borracho / cansado / perdido / pero siempre / el otro / vencido/

curtido por la sudestada / que arrasaba / el barrio / y el sol / que escamaba / el zinc / de los ranchos./

Hubo una / entre 30 milicos / 10 patrulleros / vecinos alarmados / deseosos / que el pelapapa / al fin / cayera / muriera/

estaba solo / y sólo pudieron / acompañarlo / al rancho / volvía / con un cascote de cuarenta kilos / bajo el brazo / piola / mientras sus venas se tensaban / como raíces de un olmo / abriendo la tierra/

los oficiales se decían / anda vos / no / mañana tengo franco / anda vos / no / me duele el brazo / anda vos / no / está en su barrio/…/

Está el Pantera / del barrio Hipódromo / mezcla brava de Ringo Bonavena / con un Leguisamo cualquiera/

derribó a un patovica / como un obrero derribando una pared / mazazo y mazazo / hasta ver / ladrillo y ladrillo / bajo sus pies./

En una bailanta / el patova / pesaba 130 kilos /¿su altura? / ¡más de lo que puedo ver!/ ¿su cara? / ¡imagínese usted!/

era una estatua griega con anabólicos / todas las formas marcadas / todas las formas bronceadas/

había matado a dos pibes / como entrenando sus manos / practicando fierros bolsas artes marciales boxeo karate./

Relojeaba las caras negras / de los pibes negros / y les decía / vos no / vos sí / vos no / vos sí / vos no / vos no / ¡vos no!/

¿por qué? / alguno / preguntaba / alguna / vez/

entonces los agarraba / al cráneo / levantados con una mano / y golpeaba / cinco diez / minutos / constante / en la sien/

hasta que los huesos / de los pibes / se escapaban / de la piel / y los soltaba / con dos o tres patadas / en una zanja / como bolsas de basura / tiradas / por perros / mordisqueadas./

No le gustó / la cara del Pantera / cara amplia / cara maciza / cara aindiada / y dijo / vos no vos no: / ¡vos no!/

aclaró / negrito rajá / no hay cartones / volvete en tu carrito / a Paraguay./

/ si hubiera sabido antes / cuantos gramos / hay / en un kilo./

El Pantera piola / la vio difícil / pero / no / la arrugó/ salió nomás de la cola / y se quedó / parado / mirando/ midiendo / al patova/

vete pibe le dijo un peruano / este milico tipo bravo/

el patova que lo escuchó / acotó / dale che / que tenés / cara de boludo / cara que te duele / de pelotudo/

¿para qué voy a golpearte? / ¡rajate!/

El Pantera sabía / que una pibita piola / lo esperaba adentro / y se quedó midiendo / los dientes / la panza / el cuerpo/

tardó cuarenta minutos / ni uno más / ni uno menos/

fue como pegarle / a una pared / con un mazazo grande / primero la sangre / luego los huesos / bajo sus pies./

Como enterrado / en la zanja de la esquina / cayó / dos pasos atrás / y se derrumbó:/

el Pantera se le arrimó / se bajó el cierre del lompa / despacito / y lo meó/

durante dos minutos / lo meó todo / la boca era / un vaso lleno / con el pis agrio / de los que toman / vino patero/

así los negros de la cola / todos los negros de la cola / se fueron retirando / y acercando a la zanja/

uno por uno / lo mearon / lo escupieron / lo cagaron./

El Pantera se arrimó a la puerta / se mojó en un charco / las manos / entró / se llevó a su muchacha / por supuesto / nadie / le dijo nada /…/

El pelapapa o el Pantera / son tipos que espera / la Revolución / y un día los hará / comandantes de un batallón./

Por lo pronto matean en la puerta / de sus ranchos / y se hacen fama de peleadores / de tipos bravos / reivindicando / con sus manos / a todos los vagos / a todos los que están en la cola / esperando./

Se merecen un poema / hasta que un día / como en Mayo / lo llamen / para que nos cuenten / cuantos kilos / hay / en un gramo./

La vuelta de Obligado/bis

El mundo es ancho como pena india
Atahualpa Yupanqui


…y eso que le avisaron
¡la muerte lo podía matar!

pero
el Jesús de Lima,
volvió
al barrio / y sentó / y abrió nuevamente / la abrió/
los baldíos, / que es la Pampa que se hace orilla/…/

¡Ah! (qué me dicen),
¿qué me dicen ahora?
que las palabras pesan
cada una de sus letras
y quién
es
el bardo que salga a la calle / quién / ¡salí guacho!/

“mucha porquería no me deja pensar”,
fue lo último que dijo,
(al pasar)
te pueden crucificar / y no sobrevivir / por un carmen / de amor / todo el fin/…/

podés encontrar / el subsuelo de la patria / sin buscar/
la ruta al fondo / metele derecho piola / [ ¡CUIDADO AL
CRUZAR! ]/
y no encontrar
más
la huella pa´ volver atrás,

¿a dónde? / ¡Atrás! / (qué sé yo) / ¿de dónde estás? / ¿de dónde vas?/ ¿hace cuánto pasó el bondi? / pero / ¿qué me decí vo? / ¡qué se yo! / solo buscaba la / puerta de atrás/…/

a Jesús el Limeño / nunca nada de eso le importó / nunca / nada / poco / nada / ¿nunca? / poco / casi nada / le importó/

y cuando la muerte las cuarenta le cantó / bueno / se estaba rascando el culo / el señor/…/

¿se acuerdan hoy quién era Jesús el Limeño? / ¿hoy? / ¿yo?/
/lo mató la policía lo delató Lucía lo mataron por envidia fue un error fue por vos lo mató la policía fue por vos fue por tu amor/
/ o lo mató/
mucha cumbia con vino / mucha soda con vino / muchas putas con vino / muchas cosas con vino/

El Limeño / era un negro de adentro / de corazón negro / de cara negra/
¡lo mataron la macumba! / ¡los ancestros! / ¡los boleros!/
a las siete / los wainos sentimentales / de la mañana/
entre penumbras rojizas/ /olfateando el alba/ /en los charcos secos de otras / cuadras/

su padre era indio de los ríos profundos / sí / de los ríos profundos / del Riachuelo y Matanza/
su madre era un chinita divina / ¡ay! / ¡cuándo se entere del Limeño! / ¡de su sangre!/
¡ay! / ¿quién le dirá? / ¿cómo? / ¡no! / (cuando se entere del Limeño)/…/

algunos les cantarán valses peruanos / y otros una cruz en sus baldíos / derramarán vino / y alguna piel como yerra clavará sus iniciales/

alguna minita lo extrañará / ¿por qué no? / y alguno se quedará con algún vuelto / y otro sin él / y al potrero le faltará un arquero/

algunos derramarán vino / tirarán puchos al suelo / y en algún waino algún vago / te traerá del Olvido / te traerá desprevenido / algo vivo/…/

La vuelta de Obligado

pasame la birra Tulu / ¡vamo a ver Los Leales! / ¿hoy? / éste no viene má / ¡no viene más / no viene!/…/
(el Limeño se espera en la esquina) / ¿en qué esquina? / ¿qué dice éste?/…/
éste no viene / ¿te parece? / ¡¿y?! /no viene/…/
¿me pasá un careta? / che / ¿alguien lo ve al Antonio? / dale / desaparecido / ¿qué? / es un gil / ¡che! / pa mí / que el Limeño / no viene/…/
¡cómo está la garrafa papá! / voy a calentar el agua con / ¡callate! / ¡éste no viene!/…/
los barrios de lo planes / ¿qué? / no le pusieron ni palenque / ¿quién? / ¡los chanta! / éste no viene/…/
yo al burro lo ato a mi catre / andá / que sí / tomatelá / gil / si está má flaco que vo / ¿yo? / por sarnoso / por eso decí/…/
me contagió tu hermana / ¿qué? / atrevido / chupala / agarrala / ¡no agiten! / guachos / no viene / ¡basta!/…/
Pispiá al Teta / cómo agita / es un bardo / un borracho / ¡es una nena!/…/
che Tulu / pasa la birra / ¿querés? / dale che / no le hablés/…/
¿el Chaqueño? / no sé / ¿sale el fulbito? / Limeño / qué gato / gil / no se rescata / ¿y el Mono? / no está / éste no viene ya /…/
Mariano / andate a buscar un vino / copensé / unas monedas / dos, tres / éste no / como perdimo / la final… / ya casi estaba / son unos gatos / unos putazos / ¡pasá la birra Tulu! / ¡no le hablés más!/…/
yo vuelvo al rancho / pará / a mí ese gil no me duerme / pará / si vos dormís en la plaza / linyera / croto / tomatelá/…/
lo boleteo / ¿vos? / si / ja / vos no boleteás nada / ni el bondi / pan triste / parás/…/
¿y qué hacemo? / le vieron a la María / ¿lasqué? / ¡cómo le crecieron! / ¡las cocas! / uy, mamá / yo se las como crudas / no la espero / robacuna / si tiene como quince la pendeja / tiene má vuelta que Boca / qué delantera / le re cabe / la joda / ¡escuchá! / ¡pasá la birra! / ¿cachás? / Tulu / ¡La birra! / la birra / ¡pasámelá! /…/
¿viene? / ¿queda birra? / ¿ése no el Limeño? / no / ¿noes? / No / y si… / No / ¿no viene? / No / ¿no? / No / bueno nos vamo / no / ¿no? / No / la puta/…/
¿cuánto cobran Lo Leales? / ¡Andá cabeza de cumbia! / chupámela chetito / Tulu / ¡¡Pasá la birra!! / éste no viene / no / ¿nos vamos? / y vamonó…/…/
che / me tirá unos pucho / que ando corto / dale / che / ratón / tomá/…/

Plaza del Carmen, Tolosa.