La Turbamulta: Nunca menos

Los compañeros de la Desca presentes, un marcelo koening, un fernando y una casa del peronismo de mardel presentes en el video de "nunca menos"

La Turba: Canto de las salitres del fin del mundo


A las que perdieron el alma, luego la vida.
No, no quiero despertar aquí
en esta cuna de infiernos
y torbellinos de mugre
donde las paredes respiran sangre
y las puertas nunca quedan abiertas.

La luz que se filtra
se la traga el odio
y las lagrimas salpicadas
se vuelven salitres

Caigo aquí una noche de sueño
y soy vendada por gritos y risas
ya en plena lucha con la nocturnidad
soy manoseada por las palabras
y arrinconada entre demonios.

Ya he sido amasada por los días
electrificada por las noches
vertida desde una cama a otra
apaciguada
aguada
y devuelta al vació.

Ya he olvidado mi lugar
mis días de felicidad
mis tardes de zoológico
atrapada en tus sonrisas
y riendo en cámara lenta.

Las imágenes
los videos que se repiten
los labios compartidos
los anulares desprendidos
y la carcomiente soledad
de perderte y no verte
y de olvidarte vacío.

Y aquí estoy
envuelta en una manta de llamas
ellos me devoran cuando desean
y aun no aseguro que voy a darte un padre
aun no aseguro que voy a devolverte al mundo
porque aquí en el infierno
las almas caminan sin cuerpo
y los cuerpos se amontonan
entre las grietas de las paredes.

Y dejo aquí mis esperanzas
en estas lineas
y las entrego a cualquiera que las ame
o las recuerde.

Por Marcos Di Trana

La Turba: Libertad Artística en Argentina y America Latina.

Este es un video, medio careta para el target de la Turba, pero somos un movimiento muy amplio.
Basicamente son unos extranjeros que se vienen a la Argentina Peronista por la libertad de la acción artística de facilitar obras de arte en el espacio público.


La Turba: Bóteme con confianza


Yo nací de mi madre por el culo
del mundo que se caga en todo y todos;
narco-corcho soy y me creo chulo;
date vuelta y te cojo por los codos.

Sonrío con colmillos de vampiro,
vendo merca, la prohíbo y me postulo,
soy más capo, capando, que De Niro
y menos recto que, en el recto, un rulo.

Soy chorizo que se vende por un voto;
del Chicago bonaerense, y Crotto,
soy cabeza de la pija del alcalde.

Me empapelo el verde orto con biyuya
canosa –gentileza de mi yuta–,
señores, vótenme. Eduardo Duhalde.

La Turba: ¡Acá están, estos son... los troquelados para la liberación!

¡Muchachos, llegan los troquelados para la liberación de los presidentes latinoamericanos! La batalla cultural se dan en todas partes, compañeros.
Aportados por los compañeros del  blog: http://troqueladosparatodos.blogspot.com/

¡¡¡Vamos con Cristina 2011!!!
La Turba

La Turbamulta - Comunicado Nº 1

El Bondi Cultural La Turbamulta disfrutaría de las gracias de Eduardo Alberto Duhalde si no fuese porque no las tiene. El ex presidente elegido soberanamente por... Héctor Magneto dijo al diario La Nación, hinchada mitrista acorde a los intereses de todos los argentinos (mitristas): "Seré el presidente del orden". Lo que no queda claro aún es qué entiende Duhalde por "el orden" y cuál es el precio de ese orden.

Asimismo, La Turbamulta recuerda que este ex presidente no elegido democráticamente está seriamente vinculado al narcotráfico y que también dijo que "es necesario reencontrarnos con el peronismo de la vuelta de Perón en el 74". También se pronunció respecto de los juicios a los represores de la última dictadura diciendo que "hay que enviar un proyecto al Congreso para terminar los juicios lo más rápidamente posible" y refiriéndose a la Ley de Medios agregó que "la mejor ley es la que no existe" y también que va a disminuir las retenciones y los subsidios al agro.

La Turbamulta fracasó miserablemente al tratar de reconstruir lógicamente un argumento según el cual hay que terminar con los juicios y vetar la Ley de Medios, para así poder ser el presidente del orden (?), siendo que sin leyes no hay orden, sólo hay neoliberalismo...

Sin embargo, La Turbamulta da fe de la honestidad de las palabras de Duhalde cuando dice que "este Gobierno hace de la no represión una cosa positiva, pero es absolutamente negativo. Es una responsabilidad inherente al Estado, que tiene el monopolio de la fuerza y debe utilizar", porque recuerda la Masacre de Avellaneda de la que hasta el mismo Duhalde se asume como responsable.
En este sentido, La Turbamulta rechaza su candidatura presidencial por el mismo motivo que exige el juicio político de los Doctores Duhalde, Menem y de la Rúa.

Por Augusto Mónaco

La Turbamulta - Preso de mis circunstancias ( Dano Cooke) -



"disculpen la molestia o,
si con mi presencia ofendo a alguien,
soy portador de mala suerte, y,
es por eso que no me va bien,
en ningún trabajo decente me quieren
y en los indecentes suelen despedirme;
tengo una madre enferma y quince pibes
alguna vez tendré;
salí de las drogas
por una puerta pequeñísima, angosta,
y hace días dejé la delincuencia,
porque peor, señores,
sería que en vez de intentar robar con la poesía,
lo intentara con un chumbo
y le robara a Ud. ,a su señora
y a toda su familia"

Cultura de batalla para la batalla cultural

Por Tato Contissa

No estamos haciendo bien en declarar la batalla cultural sino sabemos como ganarla. Y peor; con quien. Y peor aún, sin saber con justeza contra quien se está librando.
El drama argentino contemporáneo es que los sectores más conservadores de la sociedad están atravesando por la ancianidad intelectual. Aguinis escribe muy mal como en el siglo XIX, Tomas Abraham lo aventaja en un siglo, y José Sebrelli escribe arrastrándose sobre las heces de sus viejos talentos, Santiago Kovadloff abunda con la vacuidad de sus impostaciones teóricas. Tal vez Sarlo, quien cuenta con una formación igual de enajenada pero más sólida, dispare alguna idea capaz de trazar alguna línea que se asemeje a los perfiles de la realidad argentina, pero rara vez lo logra. Una desgracia del conservadurismo que se vuelve desgracia para el progresismo, porque le implica pérdida de mensura, falta de cánones, ausencia de medidas para una comparación y, esencialmente, la contraparte de la dialéctica posible. Por eso habrá que hacerse de pensamiento propio, una vez más.

La Turbamulta: Monumento a la Mujer Originaria

El Proyecto
Vos. Yo. Todos nosotros, podemos construir una obra artística para rendirle un gran homenaje a todos los pueblos originarios que son parte de nuestra identidad.
Vamos a levantar el monumento a la mujer originaria. Una escultura en bronce de diez metros de altura que será el resultado de la participación de todos.
Este es un proyecto independiente en donde no interviene el dinero, solo necesitamos que te acerques con una llave o un pequeño elemento de bronce.
Participa con tu familia, amigos, compañeros de trabajo, o con quien quieras...
Uníte a esta construcción colectiva y forma parte de lo que será un proyecto histórico.

Traé tu llave
Casa Cultural del Peronismo Revolucionario
Rodriguez Peña 58 - Congreso.

20 de Diciembre

A Néstor Carlos Kirchner
por romper el manto de tinieblas del imperio
y habernos mostrado
el inmenso y hondo sentido de la Patria


Este fue el día que los argentinos bajamos de toscazo al imperio del dolar y del "algo habrán hecho".

Desde el oscuro vientre de la Patria
una lanza salió como un relámpago,
era el Pueblo, la tierra misma en llamas,
eran los dedos en ve y el puño en alto;

era el ama de casa hecha machete,
era el pan que no comió el desocupado,
el alma mineral de los sin tierra,
las golondrinas del pañuelo blanco;

era un grito trepando hasta la aurora,
una ráfaga ardiente de verano,
nuestra sangre corriendo por la plaza,
resistiendo con piedras y con palos.

El veinte de diciembre en las pupilas
brillaron treinta mil soles en alto,
demoliendo los muros de la historia
e inventando el futuro a cada paso.

Mar del Plata, 1 de diciembre de 2010, año del Bicentenario.

Ojos destilan vino/polvo de vereda


I
En el barrio la polvareda se lleva las entrañas
cuando los brazos son serpientes
y los ojos destilan vino.
“Te vi caminar por entre las luces
lanzando un aroma a muerte
te vi aparecer por entre las moscas
recuperando palabras moribundas”

Recuerdo la peste que llevaba
recuerdo los gritos sobre el suelo
como apagaba su ira sobre las paredes
como la furia teñía de morado el aire
como era mas simple si esa noche
la luz se volviera sombras.

Sáquese el gusto!

No hay dudas que este sujeto es el representante de la intelectualidad gorila, cipaya e imperialista que
azota nuestro continente...

El Bondi Cultural "La Turbamulta" ofrece una vez más un servicio a la sociedad y lo ayuda a que Ud. no se quede con las ganas:

Calzate los guantes, Vargas LLosa!

Haga click aquí para darle a Vargas LLosa

Capitalismo y barbarie (reflexiones sobre Roberto Arlt)


Cuando Sarmiento propuso, en el Facundo, su dicotomía “civilización o barbarie” construyó los dos paradigmas entre los que se constituirá el devenir latinoamericano. Por un lado, Europa, el liberalismo capitalista, la modernidad, la palabra escrita, la ciencia y la razón; por el otro, América, el trueque, la naturaleza, la oralidad, la pasión y la confianza.

Sarmiento triunfa en la barbarie.

Maria Elena Walsh

SIN EMBARGO ESTOY AQUI, RESUCITANDO


A LOS 80 AñOS, MURIO AYER LA ESCRITORA Y COMPOSITORA MARIA ELENA WALSH




El día en que el mundo volvió a quedar patas para arriba

Creadora de personajes entrañables, como Manuelita la tortuga, y de canciones inolvidables, fue una de las grandes figuras de la cultura popular del siglo XX. Escribió más de 40 libros y no esquivó nunca –ni siquiera en dictadura– el debate político.

Verano imperdonable, con la tristeza embotellada en los ojos, en el cuerpo. El país está de riguroso luto. Las niñas y los niños de ayer, las mujeres y los hombres de hoy que siguen cantando a coro a Manuelita que vivía en Pehuajó tienen una pena infinita. Esas voces ahora se quiebran –la congoja siempre desafina– cuando intentan completar lo que hizo la tortuga: un día se marchó. “¡Qué de campanas en la sangre siento/ cada vez que me olvido de la muerte!/ Pero sucede que ella no me olvida”. Estos versos, pletóricos de exquisito dolor adolescente, pertenecen al primer libro que publicó María Elena Walsh, Otoño imperdonable, en 1947. Prologaban, con la energía desmesurada de los primeros pasos, la obra de una artista genial, tan fuera de serie que todo lo que tocaba –poesía, narrativa, música, dramaturgia– devenía inmediatamente en oro. Tan fuera de serie es –en presente, porque su inmenso legado no admite el pretérito– que considerarla un “icono nacional, “prócer cultural”, “blasón de casi todas las infancias”, “un mito o patrimonio de la Argentina”, es recitar –de memoria– una seguidilla de lugares comunes de la lengua contra los que ella luchó hasta pulverizarlos. La muerte no se olvidó de ella. Aunque se deseó que la noticia se hiciera humo, como un mal presagio, ayer murió María Elena o la Walsh –como prefiera cada lector–, a los 80 años, “luego de una prolongada internación y como epílogo de padecimientos crónicos que la aquejaban”, según indicó el parte emitido por el Sanatorio de la Trinidad.

La muchacha que alguna vez se definió como “desabrida, limpia y chúcara” nació en “cuna de oro” el 1º de febrero de 1930, en Ramos Mejía. Su padre, Enrique Walsh, era un alto empleado de los ferrocarriles, “un anglo-argentino enamorado de Dickens y fabuloso músico autodidacto” que tocaba muy bien el piano. Su madre, Lucía Elena Monsalvo, descendía de andaluces. En la tranquila población de la línea del Oeste, la niña trovadora crecía con el abono ideal: infancia de clase media ilustrada, rodeada de libros y de cine. Entre sus fantasías más secretas –confesaría muchos años después, cuando ya era María Elena Walsh y se arrimaba a la orilla de lo que se llama un clásico– se imaginaba cantando y bailando en un escenario, como en las “maravillosas” comedias musicales que admiraba, las de Ginger Rogers y Fred Astaire. En el aula de sus recuerdos brillaba la alumna aplicada, amiga atenta de los árboles y las gallinas, y del pastito que brotaba entre los ladrillos de las antiguas veredas, las mismas que evocó en una de sus canciones, “Fideos finos”. En ese ambiente de libertad, el oído se afinó con las canciones tradiciones inglesas para niños que su padre le cantaba. Ahí comenzó a meter manos a la obra gracias a las construcciones verbales del nonsense británico.

Dueña de un pudor victoriano que se confundía tal vez con timidez, María Elena se plantó, incorregible en su rebeldía, cuando a los 12 años decidió ingresar a la Escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano. Allí conoció a la fotógrafa Sara Facio, quien con los años se convertiría en su “gran amor, ese amor que no se desgasta sino que se transforma en compañía perfecta”, como se lee en su última novela autobiográfica, Fantasmas en el parque, publicada en 2008. En 1945, con tan sólo 15 años, apareció su primer poema, titulado “Elegía”, en la revista El Hogar, y también escribió para el diario La Nación. Dos años después, en ese 1947 dolorosamente inolvidable, murió su padre al mismo tiempo que publicaba el poemario Otoño imperdonable, que recibió el segundo Premio Municipal de Poesía. Una lluvia de elogios coronó a la “joven promesa”. Jorge Luis Borges, Pablo Neruda, Silvina Ocampo y Juan Ramón Jiménez celebraron ese primer libro.
Cuando se recibió de profesora de Dibujo y Pintura, enfiló con una beca para la Universidad de Maryland (Estados Unidos), invitada por Jiménez, el autor de Platero y yo. Los seis meses que permaneció junto al poeta fueron una experiencia traumática. Inolvidable, en el peor de los sentidos. “Cada día tenía que inventarme coraje para enfrentarlo, repasar mi insignificancia, cubrirme de una desdicha que hoy me rebela –escribió Walsh en un texto publicado en la revista Sur, en 1957–. Me sentía averiguada y condenada. Suelo evocar con rencor a la gente que, mayor en mundo, tuvo mi verde destino entre sus manos y no hizo más que paralizarlo.”

De regreso en Buenos Aires, consiguió la medicina para superar ese mal trago junto a Jiménez. Volvió a escribir ensayos en diversas publicaciones y frecuentó los círculos literarios e intelectuales. “Como a sus vanas hojas/ el tiempo me perdía./ Clavada a la madera de otro sueño/ volaban sobre mí noches y días.” Otra vez llegó un libro, el segundo poemario, Baladas con Angel, editado en un mismo volumen con Argumento del enamorado, de Angel Bonomini, quien entonces era novio de María Elena. No todo iba viento en popa, aunque pocos lo pudieran percibir. No soportaba las presiones familiares ni de la sociedad. Para ella el peronismo era una “dictadura”. Necesitaba un cambio, respirar otros aires. La aventura arrancó con una carta que sería el principio de una asociación artística y amorosa. La tucumana Leda Valladares, que entonces se encontraba en Costa Rica, la tentó con una propuesta: juntarse en Panamá para rumbear juntas hacia Europa. En el barco Reina del Pacífico, María Elena se probó el traje de cantante. Días y noches su voz se fue fogueando con las zambas de Yupanqui y los hermanos Abalos; cantó chacareras, bagualas y vidalitas anónimas, al son de los instrumentos de la compañera tucumana. Instaladas en París en 1952, en el Hôtel du Grand Balcon, una desvencijada pensión de artistas, la dupla fue eclipsando los escenarios parisienses con su exótico repertorio de canciones folklóricas. El dúo llegó nada menos que al famoso cabaret Crazy Horse. Pablo Picasso, Jacques Prévert y Joan Miró estuvieron entre su fascinado público. Las muchachas compartieron camarín con Charles Aznavour, por entonces un simple debutante.

En la “ruta a la libertad”, en la París donde se codeó con la chilena Violeta Parra y grabó sus primeros álbumes –Chants d’Argentine (1954) y Sous le ciel de l’Argentine (1955), con canciones de tradición oral del folklore andino argentino–, empezó a escribir su primer libro para chicos, Tutú Marambá. Leda & María Elena volvieron a la Argentina en 1956 y pronto salieron de gira por el noroeste argentino. Después grabarían los dos primeros álbumes en el país, Entre valles y quebradas vol 1 y Entre valles y quebradas vol 2, ambos de 1957. Canciones de Tutú Marambá (1960) incluye las primeras canciones que harían famosa a María Elena: “La vaca estudiosa”, “Canción del pescador”, “El Reino del Revés” y “Canción de Titina”. El espectáculo musical-dramático para niños concebido por el dúo, Canciones para mirar, se estrenó en el Teatro San Martín en 1962. A partir de doce canciones, Leda y María irrumpían en el escenario vestidas como juglares mientras los actores –Alberto Fernández de Rosa y Laura Saniez– representaban mímicamente, entre otras, “La Pájara Pinta”, “Canción del estornudo” y “La mona Jacinta”. La sociedad parió un nuevo espectáculo más, Doña Disparate y Bambuco, dirigido por María Herminia Avellaneda, donde aparecieron el Mono Liso y la tortuga Manuelita, el personaje insignia del universo infantil amasado por Walsh.

Antes de la separación de María Elena & Leda, hubo un último disco, Navidad para los chicos (1963). Etapa creativa y amorosa cerrada, publicaría un puñado de libros para chicos –El reino del revés (1964), Zoo loco (1964), Dailan Kifki (1966), Cuentopos de Gulubú (1966) y Aire libre (1967), que consolidó el universo infantil que MEW construyó en la década del ’60. Desde entonces, las infancias de millones de argentinos estarán enlazadas por una liturgia inoxidable.
Narradora del disparate, “milagrera” a la hora de expandir el humor y el absurdo, irreverente hasta lo inconcebible, además de irónica y satírica, no habrá otra igual. La genia MEW, como si fuera una hechicera, tenía una pulsión poética extraordinaria. En la matriz de su escritura está la poesía. En el prólogo de Hecho a mano, su poemario para adultos de 1965, está la clave. “No sé, yo solamente versifico/ pura conversación a mi manera”, decía. Las etapas, del folklore a las canciones para chicos, pasaban. La poesía siempre quedaba. En el ’68 arrancó con sus recitales unipersonales para adultos, Juguemos en el mundo, que fue disco también y en 1971 se transformó en una película en la que actuó, dirigida por Avellaneda. Ese espectáculo-disco incluía la emblemática “Serenata para la tierra de uno”: “Porque me duele si me quedo,/ pero me muero si me voy/ con todo y a pesar de todo/ mi amor yo quiero vivir en vos”.

A la Walsh –opción que suena mejor para repasar sus intervenciones públicas– le encantaba levantar polvareda. La bandera que se enarboló como símbolo de libertad y coraje fue el artículo que publicó en 1979 “Desventuras en el País-Jardín de Infantes”, cansada por la censura y las prohibiciones de películas, programas de televisión y libros. Ya estaba retirada de los escenarios; dictadura, terror y espanto trajeron el parate artístico en 1978. Esa pieza contra la figura del censor merece ser revisada y discutida sin menoscabar la importancia capital que tuvo. Un párrafo de los menos recordados legitima sin artilugios lingüísticos el accionar de la represión y convalida la teoría de los “dos demonios”. “Que las autoridades hayan librado una dura guerra contra la subversión y procuren mantener la paz social son hechos unánimemente reconocidos –señaló en ese texto–. No sería justo erigirnos a nuestra vez en censores de una tarea que sabemos intrincada y de la que somos beneficiarios. Pero eso ya no justifica que a los honrados sobrevivientes del caos se nos encierre en una escuela de monjas preconciliares, amenazados de caer en penitencia en cualquier momento y sin saber bien por qué.” Ante la posibilidad de implementar la pena de muerte en el país, en 1991 escribió un poema demoledor: “Cada vez que se alude a este escarmiento, la Humanidad retrocede en cuatro patas”. La Walsh no sintonizaba con el imperativo de la “corrección política”. Una de sus últimas intervenciones más criticadas fue cuando –en 1996– invitó a la Carpa Blanca docente a retirarse de la plaza “por autoritaria e inofensiva”.

Su primera novela para adultos, Novios de antaño, fue publicada en 1990, el mismo año en que recibió el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Nacional de Córdoba, cuando ya era –desde 1985– Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires. En 1994 se recopilaron las canciones completas para niños y adultos bajo el título Las canciones; toda su obra literaria ha sido reeditada por Alfaguara y sus libros han sido traducidos al inglés, francés, hebreo, italiano, finés, danés y sueco. En una de sus últimas entrevistas con el suplemento Radar habló de su reconciliación con el peronismo. “Al ver los manejos de la Revolución Libertadora recapacité sobre todo lo que había sido la obra del peronismo, aparte de sus manejos, así, represivos, digamos. Me di cuenta de lo que había representado para el pueblo, que es mucho. Años después viajé por el interior y la única escuela que había y el único puente eran restos de esa época del peronismo.” Se burlaba, en esa entrevista, sobre lo que le generaba la palabra “póstumo”. La pensaba como “una especie de chiste”. Y confesaba que le gustaría ser recordada “como alguien que quería dar alegría a los demás”. La vida sin María Elena tiene un gusto amargo. Entre risas y lágrimas, dos sentimientos que no son incompatibles, los argentinos la despedimos, emocionados: “¡Gracias, maestra, por tanta alegría!”.

Silvina Friera, Pagina 12.

Esa escena síntesis

 Por Mauro Iezzi

Su voz
transforma palabras frías y secas,
como proletario,
en dulces y cálidas,
apenas salen de su boca.

Su piel
refleja la emocion que siente,
y se eriza toda,
cuando dice esas palabras;
cuando dice Liberación.