2-Concepción cultural.
a- ¿Qué es el arte?.
Para nosotros el concepto de “arte decorativo” no es más que un oxímoron, una contradicción absoluta. Por eso, cuando pronunciamos aquella máxima que nos identifica “la poesía será como una turbulenta turba de negros o no será NADA” partimos de una concepción revolucionaria de lo que consideramos es arte. El arte como una manifestación disruptiva en la gris monotonía del orden burgués. Y nada más disruptivo para aquel orden establecido, que la irrupción en aquella metrópoli blanca que puede ser Buenos Aires, de una turba de negros como lo fue cuando los caudillos federales López y Ramírez apostaron sus caballos junto a miles de gauchos e indios en la límpida pirámide de mayo. O cuando la negrada, los cabecitas negra, inundaron otra vez la plaza y refrescaron sus pies en las parisinas fuentes que la oligarquía orgullosa portaba. Deviene de esta máxima la concepción del malón, la contra ofensiva cultural ante la invasión simbólica que el imperialismo irradia sobre nuestras pampas. Una “turbulenta turba de negros”, además, evoca movimiento, acción, en contra posición de lo instituído, lo estanco. Porque el arte es para nosotros movimiento puro, transformación. He aquí su sentido revolucionario, ya que tiene la capacidad de modificar, construir nuevas subjetividades, nuevas sensibilidades, nuevas formas de ver lo ya visto. Y se desprende, además, de esta máxima el sentido popular que conferimos al arte. Porque consideramos que todo hecho artístico surge y se nutre del Pueblo. Más allá de que luego la burguesía se apropie de aquellas expresiones y las comercialice, desvirtuando así su sentido.
b- Rol del artista en la sociedad.
Consideramos al artista como un sujeto integral, no como un sujeto mutilado producto lógico de la división del trabajo. No como la panacea, la máxima expresión del individualismo. Todo lo contrario, por eso decimos que “no diferenciamos a un artista de un albañil”, y con esto queremos decir que no concebimos a quienes producimos arte por encima de quienes producen otras riquezas sin las cuales no podría subsistir nuestra sociedad. Sin embargo, consideramos que si bien los artistas deben gozar de los mismos derechos que los demás trabajadores, necesariamente deben poseer mayores deberes. Esto es justamente porque quienes producen objetos y/o hechos artísticos son quienes dan sentido y resignifcan los símbolos y discursos a través los cuales se expresa nuestro pueblo. A través de los cuales nuestro pueblo se apoya en pos de su larga lucha por la liberación. Porque así como el posmodernismo fue el discurso donde se posó nuestro coloniaje, es también sobre un discurso donde se posará nuestro pueblo para liberarse. Y son los artistas los encargados de contribuir a enriquecer y formar ese discurso que paso a paso va forjando nuestro Pueblo. Donde existe un arte colonizado, existe un pueblo encadenado que cae en un círculo vicioso. Es el rol de los artistas el de destruir, violentar los discursos que oprimen a nuestro pueblo. Como así también es su rol el acompañarlo en sus procesos de liberación, porque es el arte creador de identidades y generador de nuevas subjetividades. ¿Qué sería de la revolución cubana sin Carlos Puebla? ¿de la revolución peronistas sin Homero Manzi, Discepolín?. La opresión de nuestro pueblo se basa en la reproducción de la lógica del mercado en las diferentes facetas de su vida. En la lógica del capitalismo que se posa en los valores individualistas del pensamiento liberal. Es por eso que el arte es un agente corrosivo para el capitalismo y para la opresión que éste representa para nuestro pueblo. Porque el arte escapa a esa lógica, porque el arte es un fenómeno colectivo que vive y se retroalimenta en función del otro. No existe el arte pensado para sí, sino pensado en pos de un colectivo. Y cuando no atiende a las necesidades de ese colectivo no es. Y las primer necesidad como colectivo colonizado que representa Nuestra América es su liberación. Cuando el arte, y por ende el artista, no cuestiona, no irrumpe violentamente en el orden establecido y se rige por la misma lógica que el mercado, entonces no es arte ni el artista tal. Sino que en cambio es un comerciante y productor de objetos que pueden ser estéticamente bellos, que pueden ser muy bien rimados y entonados, pero que no cumplen con su función social. Por eso, cuando hablamos del rol del artista, inevitablemente tenemos que hacer incapié en su cuestión valorativa antes de hablar de su finalidad. Que incluso es una posición nuestra decir que el arte y los artistas tienen una finalidad y que éstos no representan una entelequia. Porque como decía el poeta anarquista “El arte por el arte es una serpiente que se muerde la cola”.
Estoy completamente de acuerdo! Los artistas debemos estasr comprometidos con nuestro pueblo!!!! Aguante La Turbamuilta!!!
ResponderEliminarJuan de Lanús
los artistas podemos y queremos tener más colores que el negro.Nosotros somos de colores y layas distintas, Por eso la Wifala. El fascismo se vistio siempre de negro, de negro los curas, de negro los galeritas, de negro los verdugos. Definitivamente el colectivo de artistas, el pueblo, es de todos colores.Y bien que asi sea. la liberacion es un sueño eterno, pero más vale soñarla, y mejor, hacerla posible. Y el arte ayuda, que duda cabe.Maria del Colectivo Cultural Avellaneda
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