Por Dano Cooke
Nuestra cultura popular siempre se vio afectada por dos factores, la influencia del imperialismo con su propaganda e influencia sobre nuestras oligarquías –poseedoras de los medios locales de producción simbólica- y la invasión de sus productos a través de su inmensa industria cultural. Como espacio que se plantea encarar la lucha a través de la cultura debemos tener en cuenta el lugar geográfico en el que nos encontramos y, por ende, el rol que nuestro país juega a nivel geo-político en aquella geografía, además de una exacta caracterización del momento histórico en el que nos encontramos. Por eso como esbozo, para comenzar este análisis, podemos decir –sin miedo a caer en obviedades, ya que muchos intelectuales parecieran obviarlo- que nos encontramos en uno de los países que conforman América Latina, el cual, debido a esa pertenencia, comparte una misma historia de conquista y dominación. Somos un país de los hoy llamados, “en vías de desarrollo”, que sufrimos primero el dominio español, luego el inglés y el norteamericano; que durante la gesta independentista de nuestros pueblos del dominio español, existió un proyecto de conformar una Patria Grande,
que luego fue balcanizada por la traición de nuestras oligarquías locales y lal proyección inglesa sobre nuestra región de acuerdo a la división internacional del trabajo; que durante los procesos populares de liberación que vivió el continente fuimos atravesados por una de las dictaduras más sangrientas y genocidas que nuestra historia haya conocido, en el marco del Plan Cóndor y el consenso Washington; que, al igual que la gran mayoría de los países de la región, sufrimos la imposición del neoliberalismo que horadó nuestro incipiente proceso de industrialización, la destrucción de un Estado benefactor, que vino de la mano del discurso posmoderno, donde éste se apoyaba. Como espacio cultural, no podemos obviar ninguno de estos hechos históricos que marcaron a fuego nuestra cultura y la fueron modelando, a través de la dialéctica que se fue dando a través de estos hechos de dominio y la lucha de nuestros pueblos por su liberación.
Luego de tener en cuenta estás consideraciones geo-políticas, debemos tener en cuenta la historia de nuestro país en particular.
Deberíamos hacer una genealogía desde su independencia a nuestros días, teniendo en cuenta los diversos movimientos artísticos y políticos que se fueron dando y cómo influyeron en nuestro país los diversos “cambios de época” o paradigmas. Yo veo, por lo menos nueve momentos históricos de nuestro país que marcaron a fuego nuestra cultura: 1- la época colonial, 2- la independencia, 3- las guerras civiles entre unitarios y federales,4- la generación del `80, 5 -la década infame, 6-el advenimiento del peronismo, 7- las dictaduras militares y las luchas de liberación nacional, 8- la vuelta a la democracia y el neoliberalismo.... y, la etapa donde nos encontramos, la 9 con el advenimiento del kirchnerismo y la vuelta de la política en detrenimiento del discurso posmoderno imperante.
Podemos ver, entonces, cómo a lo largo de nuestra historia nuestra cultura se debate entre la antítesis de “Liberación o Dependencia”. Podemos ver cómo influyen en ella los diversos cambios en nuestra matriz productiva, la influencia del imperialismo y qué sectores ocupan los resortes del Estado. Todo esto, también influenciado por los diversos cambios que se dan a nivel mundial respecto a los cambios o no en los centros de poder.
Por eso, creer que la cultura es independiente a la política es una utopía (utopía para nada inocente) propia del liberalismo como la de creer que la economía puede ser independiente de la política.
La política es nada ni nada menos que la método para llegar al poder en medio de una disputa de intereses. Por eso, únicamente a los poseedores del poder es les interesa que no exista la política o que la política no interfiera en los demás asuntos. Por eso, además, lo “apolítico” es en realidad la política de quienes lo tienen todo y no quieren ver afectados sus intereses.
BIEN DANO , ESTA BUENO
ResponderEliminarFACU
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