Fue en mayo, cuando los autos ardían de amor
y las barricadas florecían en cada esquina
Cuando las piedras volaban de alegría y se confundían entre los pájaros,
cuando no había casco, caballo o escudo que no terminase abollado, desquebrajado.
Cuando no les alcanzaban las botas para correr y dejar olvidado
algún solitario clarín, algún desprevenido bigote tendido sobre el pavimento.
Fue en ese '69, tan lleno de luz y de fuerza,
cuando Máximo Mena perforado por una 45
repetía, sin mover un centímetro sus labios del suelo,
"con los dirigentes a la cabeza o
con la cabeza de los dirigentes"
y los burócratas se ahogaban en mares de estudiantes y obreros,
Fue allí, en Córdoba, donde las balas espesaban el aire
y los ojos enrojecían los gases y los compañeros las veredas,
donde un milico valió más que mil palabras arrojadas contra las vidrieras,
las comisarias, las intendencias generales.
Donde toscas 22 se asomaban como viejas chusmas por los ventanales
y a pesar de todo y los muertos
aún se vislumbraba el preludio de una victoria.
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