La mìa la más mía
felina lumbre de mi pieza
dulce flor bolivariana
que hiciste de mi pobre catre
una herrumbosa locomotora celeste
y te decís despacito que para levar
la lúgubre tos de sus tornillos
hay que licuar la noche entera.
Lunita selvática, hija de locombia inmolada
vos que hacés la violencia a beso y fuego
con tu apretada boquita de nuez
o de verde pecera municipal
y arrebataste de mi frente, Ah lùdica niña,
la baranda inmunda del cobarde.
Qué maravilla tan india y tan grande!
Qué choreo tan audaz hiciste!
como entran al banco los que hacen boquetes
nunca me di cuenta que entraste por abajo
trabajando muda desde una tanguerìa adyacente.
Mi corazoncito de américa
paisita arerépera de queso
pusiste tus palabras en mi lengua
sin que pueda yo quejarme;
(desde entonces es "rico" lo que era "bueno")
Exótica y simple como un collar de frutas
le diste a mi desayuno tan magro y porteño
los colores vìvidos de tu bellísima antioquia
¡Gloria cantante de la mañana,
mañana de huevo, tomate y cebolla!
Mamaìta, susurro de los albañiles, vos
la de los ojos como brillantes puertos,
bulla tu risa de incaicos transpòmulos
poniendo en mí todo el metal de su malgenio
estornudando mi nombre como mala palabra
Mi locochona locombina lacónica
que labras levemente el pulmòn de mi cigarro
tejiendome el desengaño con puntillosa paciencia
¡dialéctica de tu pollo con naranja y canela!
de pasar la noche meta y meta destejiendo!
Ay, mi lechosa antioqueña
tierno colesterol exacerbado de mi sangre
nosotros que vivimos brutamente
¡brindemos hoy por los sueños futuros
que tiran ahogados como perros del hambre!
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