QUE PASO EN EL PAIS DESDE QUE NOS FUIMOS?
Que nadie se asuste: no vamos a hacer un análisis objetivo‐subjetivo, ni tampoco surrealista;
simplemente vamos a llorar un poco, porque dígame si no da tristeza ver que han hecho con el país
los que vinieron a “salvarlo del desastre peronista”.
Han probado todos los remedios, hasta una guerra nos han hecho sufrir, y el resultado está a la
vista: han quebrado al país. Pero no contentos con haber asesinado y perseguido a todo aquel que se
animara a contradecirlos o simplemente solicitar el cumplimiento de un derecho, estos “señores” son
responsables de un crimen mayor: HAN DESTRUIDO AL HOMBRE ARGENTINO.
Lo han hecho hasta tal punto que como muestra basta un botón: “Un niño de 10 años y su
hermanita de 8 fueron asaltados al salir de una panadería por un hombre que le arrebató a la niña la
bolsa que contenía un kilo de pan y un monedero con 10.000 pesos” (CLARIN 05 / 08 / 82 ). Costará
años reconstruir la economía, pero mas duro será reconstruir al hombre argentino , con sus valores y
calidades, devolviéndole su confianza en la comunidad.
Felizmente, frente a esta destrucción sistemática y deliberada, la resistencia civil y cotidiana de los
trabajadores, de la juventud, de las madres, ha hecho surgir múltiples expresiones de solidaridad y
lucha, que han preservado los mejores valores de nuestro Pueblo. Para tratar de encontrar una
“salida” al desastre que ellos provocaron, los militares prometen elecciones, dictan un estatuto de
partidos y todo parece indicar que marchamos hacia un proceso electoral. Frente a este proceso
percibimos un estado de confusión respecto a la respuesta a dar, que cuando no huele a negocio
huele a petardismo. Y ambas respuestas desembocan o en el contubernio con los militares, que no
aportará más que nuevos sufrimientos para nuestro pueblo, o en el petardismo, que conduce a la
debilidad del campo popular, enmascarado tras nuevos vanguardismos externos ( “puros” pero
solos ).
Jorge Daniel Arcolia Envar Cacho El Kadri, uno de los nuestros
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¿QUE APRENDIMOS EN EL EXILIO?
Dicen que “ lo importante no es la derrota, sino lo que uno es capaz de hacer con ella”; con el exilio
pasa lo mismo: a unos les ha servido para descubrir que haciendo política se habían equivocado de
camino; a otros nos ha servido para aprender algunas cosas , olvidarnos de otras y madurar bastante.
Hemos sido capaces de acumular experiencia, que como decía Perón “ es la parte mas efectiva de la
sabiduría “, ¿ y para que querríamos esa experiencia si no es para seguir haciendo política ?
Aprendimos:
A ser concientes de nuestros errores y analizar críticamente la política de nuestros grupos u
organizaciones, que era una política hecha a la medida, los intereses y las necesidades de un sector,
que no solo no daba respuestas al conjunto, sino que dejaba como única salida la ruptura y la
marginalización.
Que dentro del Movimiento “ todos pueden tener razón a condición que lo sirvan “, y que los
peronistas que no piensan como nosotros no son “el enemigo”, que incluso los que no son peronistas
pueden ser nuestros aliados, que es tan grande EL ENEMIGO que nunca seremos bastantes para
darle duro, entonces ¿ por qué no trabajar en conjunto para enfrentarlo, uniéndonos en torno a
principios que nos sean comunes?
A superar esa “ mentalidad de minorías “ que deben formar “SU” organización, encuadrarla,
verticalizarla. Disciplinarla, etc. …
A no erigir nuestras ideas ni lecturas en dogmas, porque para cambiar la realidad no hay UNA
forma – UN remedio – UNA teoría – UN libro, sino decisiones concretas a tomar cada día .
Que los objetivos finales serán alcanzados paulatinamente, y que todo mejoramiento en las
condiciones de vida del pueblo, condenado como “reformismo”, puede ser positivo.
Que la democracia sin condicionamientos ni proscripciones posibilita ese avance concreto hacia
una sociedad mas justa y que los intentos por llegar a ella por “otros medios”, aún con las mejores
intenciones, han conducido a todo lo contrario …
A considerar los derechos humanos como derechos fundamentales de la persona y no como un
mero principio táctico que hoy defendemos y mañana violaríamos en nombre del pueblo, de un
partido, de una organización …
Aprendimos muchas cosas más, cada uno podrá agregar lo que quiera. Yo aprendí que no se le
puede imponer al Pueblo su felicidad, que los que han querido hacerlo así (por ejemplo en los países
del Este, terminaron en gendarmes). Aprendí que mejor que tratar de hacer la Gran Revolución
Instantánea, es hacer diariamente la pequeña revolución continua que nos transforme y que
modifique realmente la situación de una comunidad, de un sector, de una región, de una provincia …
que podamos dar a numerosos problemas:
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