"el peronismo será revolucionario o no será NADA"
Evita.
¡Qué huérfanos quedaron los niños
/sin tu presencia!
¡Qué descoloridas las bicicletas
/y mudas las dentaduras!
¡qué solitarios los juguetes!...
Pero no viniste con tu corazón encendido,
ardiéndote en las manos
/como mil incendios forestales,
para repetirnos, tibiamente,
aquella monótona y lamentable cancioncita
/de la caridad,
con la que pintarrajeadas viejas
humillaron durante décadas a nuestro pueblo.
No, Evita, no...
¡si viniste a encenderlo todo con tu amor!,
que también es odio o no es nada...
Y marcaste a fuego al oligarca,
desnudaste violentamente su pecho,
y dejaste al descubierto
¡no un corazón!
sino el pútrido hígado de una vaca...
¡Nunca te perdonaron eso los oligarcas!
Porque Evita,
las galeras se estremecen con tu nombre
y los monóculos se vuelven diminutos como monedas.
Los banqueros se suicidan en masa con tu sonrisa
y los estancieros se ordeñan desesperados los pezones.
Los milicos se devoran entre sí con tu mirada
y los curas se derriten como sirios pascuales
/un minuto antes del olvido
Los cabecita negra florecen a tu paso
y tus rubios cabellos se transforman en trigo
/para el hambriento
Las alegres sonrisas de los niños
invaden la noche
cuando con tu presencia las enciendes
Las recias manos de los obreros se llenan
cuando con tu voz, dulce y potente,
desparramas verdades como fieras
Tú, Evita,
La que nunca se avergonzó de sus pies de barro,
la que siempre recordó el frío, aún al lado de la lumbre,
la que nunca se olvidó del hambre, aún al lado de la mesa,
la que recorrió, mil veces, todas las calles que en su pecho
/habitan.
Tú,
nos marcaste el camino,
Evita.
Y recogimos tu nombre
y lo llevamos como bandera,
hasta la victoria.
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