¡Hasta la victoria, Néstor!


Bolivia te llora,

con sus lágrimas de minero;

Brasil no te olvida,

en la frutal sonrisa de sus niños;

Venezuela te viva, detrás de cada joropo,

y Ecuador te agradece desde su selva florida.

Y es que América Latina toda te abraza,

como así también a Miranda,

y es que América latina toda contigo ríe,

como así también con Bolívar,

y es que América latina toda contigo canta,

como así también con Guevara,

¡Porque nos devolviste la esperanza, Néstor!

la esperanza, la que nunca se pierde,

pero vos, igual, nos la devolviste

¿qué más te podíamos pedir?

si vos nos devolviste la esperanza, Néstor,

¿qué íbamos a hacer sin esperanza?

¿qué habían hecho con ella?

vos nos la devolviste, Néstor,

¡la esperanza!,¡la esperanza!

Y es por eso que, América Latina,

en cada rincón te nombra,

en las inmensas manos de sus obreros,

en las sonoras plumas de sus guacamayos,

en el colorido canto de sus quetzales,

en las alegres profundidades de su chicha,

en el bello andar de sus mujeres,

y la feroz batalla contra el hambre, el imperialismo

Porque vos bien lo sabías, Néstor,

"la política es un arma cargada de futuro",

vos lo sabías y quisiste que lo sepamos de nuevo

LA POLITICA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO

y cuando está en manos y boca del pueblo

es poesía en estado puro,

como la que vos hiciste, Néstor,

como la que vos hiciste, poeta.

Es que Tú, viento cálido que viniste del sur,

llegaste justo, cuando la indiferencia fue devorada

/por el hambre

y con su manto húmedo y espeso la desesperanza

colmó de norte a sur nuestros corazones.

llegaste justo, cuando se instauró por decreto el olvido,

y pretendieron disfrazar de perdón a la impunidad,

y de venganza u odio la justicia.

llegaste justo, cuando la traición arrebató nuestro nombre,

y usaron nuestras banderas para vender la Patria,

mientras sobre las tumbas de nuestros compañeros

la infamia se abrazaba con la muerte.

Llegaste justo, Néstor y mandaste a parar

Por eso, América Latina,

en cada rincón te nombra,

en las inmensas manos de sus obreros,

en las sonoras plumas de sus guacamayos,

en el colorido canto de sus quetzales,

en las alegres profundidades de su chicha,

en el bello andar de sus mujeres,

y la feroz batalla contra el hambre, el imperialismo

por eso, ¡tiemblen gorilas,

-más que nunca-,

ahora hay Kirchner

para siempre! 

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