Entrevista a Envar El Kadri


-¿Qué proyectos traes? ¿Qué vas a hacer concretamente?

-En el exilio he descubierto una dimensión cultural a la que antes no había tenido acceso, porque como buen "foquista" consideraba que los únicos artistas que valían la pena eran aquéllos que tomaban las armas, o que participaban activamente en la lucha armada por la liberación.
Ahora he tomado conciencia de que no es así, que también ahí había una mutilación, que un escritor tiene que escribir, un pintor pintar y un músico tocar el piano, por ejemplo.
Y que no hay que pensar que la única actividad es la de tomar las armas...
-¿Qué abarca esa dimensión cultural?
-Lo que hemos preparado es una asociación por la redistribución de la cultura en la Argentina.
Parte de la constatación de que la cultura nacional existe y que el público al cual esa cultura está destinada también existe.
Pero que el circuito no funciona bien, porque hay expresiones culturales reservadas para un determinado sector de la sociedad, de poder adquisitivo alto.
Y que hay artistas que querrían producir y trabajar para ese público no convencional, como son los trabajadores, los auténticos protagonistas de nuestra historia, pues son ellos los que han llevado adelante la resistencia contra esta dictadura y todas las anteriores...

-¿Qué objetivos tiene en el plano interno y cuáles en el externo?


-En el plano interno, hacer una especie de justicia cultural poniendo a disposición de las mayorías todo lo que producen los artistas y haciendo que el pueblo sea el gestor, el protagonista y el usufructuario de estas formas de acción cultural.
Y en el orden internacional, tratando de que cuando otros artistas vengan aquí, no se queden solamente en el centro de Buenos Aires, sino que también conozcan la realidad profunda de nuestro pueblo.
Una de las cosas que aprendimos en el exilio es a tener relaciones, sin complejos, con los países europeos, por ejemplo.
Y relaciones muy fraternas con nuestros hermanos de la patria grande, los latinoamericanos.
Es necesario que nos conozcamos y que mejoremos esas relaciones, basadas fundamentalmente en el respeto de la identidad cultural y en el conocimiento de todo lo que conforma, en el caso de América Latina, la patria grande...
-¿Se complementará con la actividad cultural oficial que se está desarrollando?
-Justamente, para evitar todo tipo de competencia, o de desdoblamiento de esfuerzos, lo primero que he hecho es ver al asesor cultural del Presidente, Luis Brandoni, para explicarle el proyecto y para señalarle que nuestra intención es la de colaborar, y no la de rivalizar, con todos los esfuerzos que se hagan por difundir esta concepción de la cultura.

-¿Es un proyecto partidista?

-No es un proyecto partidista, es- un proyecto nacional, aunque detrás nuestro tenemos nuestra propia visión.
Quizás lo que esté pasando en algunos aspectos de la cultura en Buenos Aires sea que se dan actos culturales visualizados por la gente como espectáculos y nosotros no queremos solamente hacer eso.
Lo que queremos es que la gente sea protagonista, que se establezca un nuevo diálogo entre artistas y público, y que el pueblo también transmita su propia cultura.
Porque el pueblo es creador de cultura y nosotros tenemos la obligación de hacer que esa cultura popular se exprese y sea conocida también por nuestros artistas, nuestros intérpretes.
De manera que no es el nuestro un proyecto partidista, sino un proyecto nacional.

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